RESITER CREA ÁREA DE ENERGÍA Y AGUAS INDUSTRIALES
EL INGENIERO DIEGO CARRASCO ASUME COMO GERENTE DE ESTA UNIDAD CLAVE PARA EL DESARROLLO FUTURO DE LA COMPAÑÍA
Como una línea de negocios estratégica ha definido el nuevo gerente general de Resiter, Julio Bertrand, el área de energía y aguas industriales industriales creada hace menos de un mes. «El agua es, sin duda, uno de los recursos más amenazados por el cambio climático. En el mundo industrial, su gestión tradicional ha estado centrada en sistemas lineales de uso y disposición de ésta como aguas contaminadas, lo que cada día se hace menos viable. Es necesario avanzar hacia modelos circulares, desarrollando sistemas cerrados para su tratamiento y recirculación en su uso, reintegrándola a los procesos productivos, con los más altos estándares ambientales«, destaca el CEO de Resiter.
Para liderar esta área fue designado Diego Carrasco, ingeniero civil industrial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien además posee un diplomado en ingeniería en minas y MBA realizado en ESADE Business School de Barcelona. «Hoy más que nunca enfrentamos desafíos urgentes en materia hídrica y transición energética, pero también a grandes oportunidades. En Resiter, estamos enfocados en entregar nuevos modelos de economía circular y soluciones confiables que contribuyan tener una mejor sociedad y reducir la crisis climática», señala el nuevo gerente de energía y aguas industriales de Resiter.
Con 12 años de experiencia, tanto en consultoría, como en empresas, ha enfocado su carrera en estrategia de commodities, enfrentando desafíos asociados a fusiones y adquisiciones, delimitación y penetración de mercado, análisis regulatorio, productividad y evaluación de proyectos.
Ha liderado proyectos en Ecológica y en la Compañía de Aceros del Pacífico. Hoy en Resiter asume un nuevo desafío a cargo de la nueva gerencia de Energía y Aguas Industriales. «Usar eficientemente el agua, recuperando agentes químicos, minerales y metales, y generar energía eficientemente requiere soluciones integrales, sostenibles y de alto estándar técnico, que contribuyan no sólo a objetivos ambientales, sino que a metas económicas recuperando y reutilizando recursos valiosos», afirma Carrasco.